Carina G. siente que su mayor logro en Kimberly-Clark fue desarrollar un nuevo pañal lo suficientemente suave como para que lo usen los bebés prematuros con piel frágil.

El producto obtuvo elogios de los padres y enfermeros y le dio un impulso a las ventas de la empresa.

La argentina simpática, que se unió a Kimberly-Clark después de graduarse, ha logrado mucho más que eso durante sus 22 años en la empresa.

Carina, como gerenta sénior de Investigación y Desarrollo de ciencias analíticas, lidera el equipo que prueba, analiza y revisa las innovaciones de Kimberly-Clark desde todos los puntos de vista, desde el uso hasta la legalidad.

“Todos los proyectos innovadores clave en todos los sectores y unidades de negocios de Kimberly-Clark cuentan con el apoyo de mi equipo”, dice con orgullo. “Ofrecemos la mejor ciencia analítica para productos y materiales, desde la innovación hasta la comercialización y mucho más”.

Su grupo trabaja en 500 a 600 proyectos cada año para las operaciones de Kimberly-Clark en todo el mundo.

Gracias a sus tres títulos de grado en química y farmacia, Carina ascendió a este puesto importante en el 2021.

Desde que inició en el equipo de calidad y desarrollo en una fábrica en Argentina, obtuvo ascensos para varios puestos en el camino.

En 2014 se mudó a Roswell, Georgia, en los EE. UU., para trabajar como líder del programa en el sector de Materiales no tejidos globales, y actualmente trabaja en Neenah, Wisconsin.

“Hay excelentes oportunidades profesionales en Kimberly-Clark, y es cierto que cada uno es dueño de su propio desarrollo”, dice Carina. “Es importante estar abierto a escuchar los comentarios de nuestros mentores y a reubicarse, ya que específicamente esto abre oportunidades de crecimiento”.

Ella señala que los líderes de Kimberly-Clark han adoptado la flexibilidad de trabajar desde casa y le han dado la autoridad para implementarlo en su equipo.

Paradójicamente, Carina había planeado trabajar en el ámbito académico y no en el sector comercial. Pero las cosas cambiaron cuando su padre se enfermó. Ella tuvo que dejar su doctorado en química analítica en Carolina del Norte para ayudar a mantener a su familia en Argentina.

Así fue como terminó trabajando en San Luis Mill.

“Kimberly-Clark me abrió los ojos para ver que también se puede aplicar el conocimiento científico para resolver problemas concretos en la industria, que van desde la optimización de los procesos de fabricación hasta el desarrollo de productos que mejoren la vida de las personas, en mi caso, la de los bebés”, dice Carina. 

“Siempre me he esforzado por tener un impacto positivo en quienes me rodean y por ayudar a abrir oportunidades para los demás. Estoy agradecida de haber ampliado mi propósito y de haber ayudado a otros en América Latina, México y ahora en todo el mundo.

“El enfoque de ‘nosotros nos preocupamos’ de Kimberly-Clark fue el valor clave que me ayudó a tener éxito”.