Nuestra familia, que creció en una pequeña ciudad del noroeste de Ontario ubicada entre el bosque boreal de Canadá y el lago Superior, fue increíblemente afortunada por la abundancia natural que nos rodeaba.  Desde pescar para comer un pickerel (que es el nombre que dan los canadienses a la lucioperca americana) hasta disfrutar de la paz y la tranquilidad de una caminata en entre la arboleda o trabajar en diferentes puestos en la industria de productos forestales, nuestras experiencias arraigaron un verdadero amor y aprecio por la naturaleza y su papel en nuestra salud y bienestar, sin mencionar nuestra supervivencia.  

Después de mudarnos y tener hijos propios, descubrimos algo importante:  cómo el tráfico constante y el ritmo que imponen nuestros calendarios pueden disminuir nuestras conexiones.  Sin un planeta saludable, no hay personas saludables, y brindar a nuestros hijos experiencias que los ayuden a valorar esto no solo los inspira a ellos a proteger los valores culturales, ambientales y económicos que brinda la naturaleza, también refuerza esa idea en todos nosotros.  

Trabajar para una compañía cuya visión unificadora consiste en liderar el mundo en lo esencial para una vida mejor también ha brindado muchas oportunidades para mantenerse conectado y ayudar a proteger estos valores.   Un enfoque sólido y duradero en la protección de los sistemas naturales de los que todos dependemos respalda, en Kimberly-Clark, una cultura de cuidado, tanto de las personas como del planeta, lo que hace que nuestro trabajo en sustentabilidad sea fundamental para la visión y los valores de la compañía.  También es la razón por la que hemos ampliado nuestro compromiso con la sustentabilidad con la ambición de mejorar las vidas y el bienestar de mil millones de personas en comunidades marginadas con la huella ambiental más pequeña posible.    

Espero que encuentre un momento para nutrir sus propias conexiones con la naturaleza.

Lisa M. - vicepresidenta, Seguridad, Sustentabilidad y Salud Ocupacional